He llegado a pensar que puedo robarte
Por fragmentos el aroma de tu cuello
Y lentamente ponerlo en un frasco
De cristal cortado y pulido
Dentro de mis recuerdos
O simplemente esclavizarme lentamente
Al contorno de tus labios
A las mordidas pasajeras
Y al desenfreno apasionado
De mi impulso buscando el dialecto silencioso
Y húmedo que se desplaza lentamente
En mi imperfecto y oscuro inconsciente
He llegado a imaginarme
Devorando tu esencia divina
Que me muestra el reflejo
De mí alma renaciendo por dentro
Elevando tú presencia en los altares
Del árbol de los mundos mas allá de la eternidad
Y ahora que somnoliento te veo
Mientras te vuelves tormenta y trueno
Me convulsiono en latidos
Y me arrancas de tajo un suspiro
Y yo vuelvo a caer de bruces frente a ti.
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