Me he decido a caminar
La calles de mi oscura ciudad
Y ahora estoy aquí
Con la sombras de los callejones
Que rugen a una luz lejana
El aroma del pavimento mojado
Y el ritmo de las alcantarillas
La muerte camina en cada ventana
Esperando el momento preciso
En un valle desolado de banquetas
Un mar de pequeños cuadritos en el mapa
Un laberinto inexplicable de caminos
Con sueños rotos en cada esquina
Como si fueran vagabundos sin piernas
Y yo sigo caminando riendo un poco
Estallando en carcajadas sin sentido como loco
Pero que importa, esta tan sola la vida
En estas calles vacías
Que me paro en una esquina
Y le regalo una oración al farol
Una llamada de revolución
Un grito de guerra y un aullido de salvación
Después sigo mi camino lento y calmado
Latido por latido el eco de las pisadas
Se vuelve mi amigo
Y se roba la esencia y el sonido
De los parques de aspecto corroído
Los arboles lloran en silencio
Los quioscos han borrado sus historias
Las bancas perdieron sus secretos
Hasta el mar ha vendido su gloria
Y sin detenerme en miradas
Subo más arriba de las luces
De los parques, de las calles,
De las casas y azoteas
Miro cansado con desesperación
Y me robo de un dibujante la oración
Pues la ciudad me grita “sálvame”
Y yo susurro: NO
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