Me dejare llevar por las olas del aplauso
Y el aroma de los pétalos marchitos
Me mantendré incoherente en la caída contra el piso
Y tomare la última cuerda de mi salvación
Me pondré frente el oxidado espejo
Para cubrir los golpes y las marcas
Y mi cara he de pintar
Con la voz de la ciudad
Y la rectitud de las avenidas
Me hundiré en el papel
Y me estrellare con los cañones
Posare para las fotos
Y las miradas vacías del ayer
Saldré orgulloso al escenario
Para enfrentarme a la pared
Mi lamento será opacado
En la gran carpa de la vida
Como el gran pierrot seré recordado.
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