Una noche más navegando en sueños
Marcando el compás de sus cabellos
Rompiéndo mis lagunas mentales
Renunciando a mi propio gremio poético
Una noche más siguiéndola en nebulosas
En memorias telarañas que caen ruinosas a mi espalda
Atormentado por no tenerla
Un último engaño creado de sus palabras infestadas de
negrura
Mis ojos fueron testigos de sus alas que se abrieron para mí
Dos labios rojos y hermosos marcando un horizonte cruel
Sabía a miel, hiel y dolor
Espíritu de vino y lengua de serpiente
Desperté al día con hastió del mañana
Desperté para buscar ese pedazo de cielo
Aunque por dentro sabía que era una llama nacida del
infierno
Un pensamiento invadió mi mente
Una ilusión penetrante antes de caer a sus pies
Y aún recuerdo ese aposento sagrado y silencioso
Donde de su propio fuego virginal bebí
Me hizo ver a dioses que jamás pensé que estuvieran ahí
Sentía miedo mientras escuchaba la melodía de su violento corazón
El sol había desaparecido y mi aliento se esfumo
Atrapado en sus ojos de demonio.
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