Nunca te pones a pensar
Que algún día se volverá tan frágil como el cristal
Que el fuego se apagara y las cenizas se extinguirán
Que el amanecer no vendrá
Que el sol ya no saldrá
Las sombras devoran todo
Hasta el último recuerdo de paz
Cuando la luz interior no alcanza
Ya no puedes recuperar nada de la oscuridad
Nunca te pones a pensar
Que de piedra se puede volver
Que la pendiente no deja de crecer
Que los demonios internos no quieren ceder
Serpientes nocturnas que te empiezan a enloquecer
El futuro se pone gris
Estos ojos que ya no se quieren abrir
Hemos girado tan fuerte en el carrusel
Que ahora nada lo puede detener
Por la sangre que corre dentro de mí
Por esos latidos que mueren cada día contigo sin ti
Por las lágrimas que me inundan al dormir
Doblego el último suspiro
Y recompenso con mi alma
Al que me diga dónde está la otra parte de mi vacío-azul corazón.
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