"El vicio perfecto"

La noche empieza

Y yo sucumbo ante el deseo

Al vacío de la lujuria no correspondida

A los temblores de la ansiedad insatisfecha

La noche empieza

Y me vuelvo un hombre vicioso

Nadando en ríos de malta

Pociones de absenta

Salgo a la calle solitaria

Con un nudo en la garganta

Desesperado y confuso

Atacado por los rugidos de mi mente

Necesito mi cura

Mi maldición de anestesia

Me hinco en la acera

Ahogado en mi memoria funesta

Te clamo y te saboreo como un drogadicto

Me quiero aferrar a tus labios

Tener un viaje acido con tus caderas

Y filosofar en tu vientre

A un paso de tus dulce y exquisito éxtasis

Que pena tan más exhausta

Camino hacia un mar que no existe

Me siento en una banqueta desolada

Y miro a la luna

Con furia la llamo ramera

Prostituta de la noche

Aquella que con su luz embustera

Trato de enamorarte hace tiempo

Dejándome sin alma y sin reproche

En mis ojos aparecen las lágrimas

Que desconsuelo tan inseguro

Dejo caer una

Tal vez dos o seis

Pero para serte sincero

Dejo de contar después de las cien

No quiero regresar a casa

Ni vivir en el sueño desolado

No quiero a esta angustia entregarme

No quiero en mi cama caer derrotado

Pero que más queda si tú presencia se esconde

Si tus ojos me eluden

Que más queda si yo soy un vago

Que mas queda si solo te veo en los amargos tragos

Muchos se entregan al vicio de la bebida

Otros se sumergen en los desenlaces de una pastilla

Pero yo soy más estúpido e incoherente

Me entregue a tus manos como si fuera un demente.

Noel A. Loaiza.

“Nada para comprar tú presencia, nada para cambiar por tu figura, nada para repeler esta ausencia, nada para huir de mis dudas. ¿Por qué simplemente no vienes un momento?, y me regalas aliento esta noche, ¿Por qué no haces tu buena acción del día?, dándole a mi corazón un latido de emoción que nunca se esfume, ni se borre.”