Fresno: ¿qué pasa pequeño?,
solo tienes que abrir tus alas al cielo y volar.
Petirrojo: pero señor fresno, está muy
alto aquí y siento que no tengo fuerzas para volar, además mamá no ha vuelto,
ella dijo que volvería. La extraño.
Fresno: no pasa nada chico,
es común tener miedo y por tu madre, no la extrañes ella vendrá pronto y cuando
vuelva puedes darle la sorpresa de que la recibas volando hacia ella.
Petirrojo: no quisiera
ofenderlo señor fresno, pero usted solo es un árbol, usted no le teme a nada porque
nada lo puede lastimar; además usted no tiene una madre ¿o sí? No sabe lo que
es estar solo.
Fresno: (carcajada) un rayo
me puede lastimar, un hacha humana. Si pequeño, conozco el miedo, pero no es
bueno vivir con él, hay que superarlo y enfrentarlo, el mundo está lleno de
posibilidades pequeño, abre tus alas tu puedes lograrlo. Y claro que conozco la
soledad, es raro que los arboles hablen pero algunas veces hay pequeños nidos
de pájaros en mis ramas y escucho a las madres hablar con sus huevos y a los
pequeños los veo salir del cascaron, no eres el primero y todos ellos tuvieron
miedo a volar pero lo lograron anímate chico.
Petirrojo: pero, qué pasa si caigo, podría
lastimarme.
Fresno: pero tal vez podrías
volar, alcanzar el cielo, tocar las nubes y conocer el mundo, sal del nido, pequeño. Es momento que abras tus alas al viento y te dejes llevar por sus
corrientes.
Petirrojo: lo intentare.
-El pequeño petirrojo abrió sus alas, tomo aire cerro los ojos y se
lanzó al vacío, movió sus alas con fuerza pero siguió cayendo hacia el suelo. Era
el fin, lo vio venir en sus pequeños ojos plagados de terror, pero de pronto
unas grandes garras tomaron su cuerpo y lo elevaron, el pajarillo sintió fuerza
y tuvo el valor aleteo más fuerte hasta que pudo mantenerse en el aire, dio
vuelta para ver a su salvador y vio a un gran búho con aspecto rudo, tenía una
cicatriz que le cerraba el ojo derecho y parecía algo viejo-
Petirrojo: señor búho, muchas gracias,
me ha salvado la vida tenía mucho miedo y solo caía y mis alitas no me respondían,
el señor fresno dijo que lo lograría y gracias a usted lo logre.
Búho: del temor al valor
solo hay tres letras hijo y ten cuidado con eso de los árboles, todas las aves
saben que los arboles no hablan. Es hora de que busques a tu madre hijo, vuela
fuerte y rápido y no te detengas nunca.
-y así el petirrojo voló de su hogar, dejo lo que quería, por ir a
buscar algo nuevo, se arriesgó. Pero esa no es la moraleja, pues si tal vez es
bueno arriesgarse, hay veces que uno debe esperar, el cielo siempre será cielo
y el suelo siempre no está esperando gustoso. Así que dejemos esperando al
suelo y preparémonos bien para el vuelo, la desesperación y la soledad nos
hacen dar pasos al vacío y aun si forzamos nuestras alas a volar descubriremos
que son como el cristal y el viento las destrozara-
-texto perdido y
encontrado-
Fresno: muy gracioso señor búho,
con que los arboles no hablamos. Entonces usted debe de estar loco.
Búho: cállate árbol, eres
un embaucador. Recuerdo cuando me dijiste ese mismo discurso a mí, como un
tonto abrí las alas y volé, buscando cosas nuevas y mejores, cuando ya tenía lo
mejor para mí y en mi vuelo perdí mis ojos, mi coraje y mi corazón, me
quebraron por seguir un deseo estúpido.
Fresno: aprendiste, y eso te
ayudo a enseñar a los demás, yo no soy un embaucador, soy una voz simplemente, nazco
del suelo y toco el cielo, pero no los disfruto tanto como ustedes, ustedes son
libres.
Búho: yo ya era libre y
solo encontré dolor. Lo siento, enserio lo siento.
Fresno: ¿que sientes?
Búho: nada que te interese
a ti árbol insensato estas palabras se las doy al viento para que lleguen a
unos oídos lejanos.
Muy buena dramatización.
ResponderEliminarSaludos y letras
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ResponderEliminarconciencia, la persona y un amigo
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